Quién es el culpable que atribula
Tu mejilla recostada sobre la palma de tu mano,
acurrucada en la desdicha del amor
me obliga a una reflexión profunda.
Me pregunto entonces...
Acariciaré tus cabellos,
tomaré tu mano para ayudarte a levantar el vuelo.
Para que juntos iniciemos una visita por los senderos...
esos de la vida y del amor,
Para que una vez, llegada la noche,
para rescatar un amor que se niega a dormir.
Seguirás pensando en la melancolía del ayer incierto ?
Que no permitió el soñado re-encuentro...
Despierta. Mira el silencio de la luz a tu alrededor
disfruta el verde agradable del bosque de eucaliptos
y descubre el ciclo esperanzador que entre sus ramas
nos deja la madre naturaleza. Para seguir viviendo.
Buenos Aires-Estolcolmo, Martes 13, mayo 2008
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