Miedo en la agonía de tu sensualidad,
pocas fuerzas tengo a mi haber...
Más cual caballo desbocado reviso tu campo
que invita una y otra vez a recorrer la fogosidad
de cada entrega infinita e inolvidable.
La candente mirada penetra mi insania pervertida
que no sabe disimular ante tus atrevimientos.
Me trepo en tus cabellos, me bajo por tus pechos erectos
apuntando al centro de mi corazón en arrebato.
Preciso ser leña en tu fuego... Pasión sin control
consume en gotas de placer, cada extasis chispeante
negando a la ceniza , su visita inesperada.
Brasas al rojo vivo, nos envuelven en la ilusión.
Pronto, el contador del tiempo, anuncia un nuevo sol
y partiré, dejando en tu alcoba mis recuerdos
y tu voz será centinela sin caricias, en el peregrinar
que invita a despertar entre laberintos... Sin ti.
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