Te vi sumida en tu angelical sonrisa, subiendo por unas escalinatas.
Lloré muchas veces tu ausencia y también tu silencio, Aprendí tanto de ti. Hoy sé que piensas cuando nada haces y también que sueñas cuando duermes.
Me acostumbré a ver en tus ojos la mirada pícara, que dice no creerme cuando me atrevo a decirte la verdad...
A veces me extraño de tu amor, creo que no merezco tanto, Pues pareciera que me amas infinitamente más que yo. Entonces reflexiono y me siento feliz...
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