Sentir en cada encuentro
por más cotidiano que parezca,
tu abrazo sincero y un beso en mi mejilla
me hace sentir amado.
Quizás no lo merezca, no obstante.
Quisiera decirte que nunca entenderás
el alcance de tus gestos.
amado hijo, mí único hijo varón.
A pocas horas de esta obligada partida
a nuestra otra patria
no quisiera dejar esta oportunidad de unas letras.
Hace algunos años, te regalaba un ramos de rosas
para celebrar un encuentro,
muy recordado por cierto.
Luego la vida nos sonrió muy lejos
de los predios de mí, perdón de nuestro
Puerto Caripito.
Por allá en las tierras escandinavas.
Nos dimos ese amor que estaba guardado desde siempre.
Lágrimas, sinceridad, abrazos interminables
Fraternidad única.
Ahora en esta patria bolivariana, pienso
que dentro de algunas horas el reloj
debe ser cambiado.
Saliendo del Caribe ardiente,
para encontrar la frialdad polar
pero somos universales.
Lo único seguro que sabemos,
es donde nacemos.
Lejos alguien nos espera ...
tus sueños y desvelos pronto culminarán
tu regreso también esta cerca.
nos volveremos a encontrar pronto...
eso espero.
Por ello he querido plasmar estas letras
por una razón muy importante,
Elevar mi mirada al cielo
Implorar misericordia y decir gracias
Al Grande Arquitecto del Universo,
por permitir tenerte como hijo y amigo.
Recibe las bendiciones de este amigo de siempre
guarda mis letras, no solo en este papel
que pronto cambiará de color con el tiempo
Sino en tu corazón, pues estoy muy orgulloso de ti.
Te devuelvo uno de tus tantos besos y abrazos...
con la misma intensidad que los he recibido.
Con el corazón en las manos y el triple saludo
cordial, sincero y fraterno
mi futuro Querido Hermano.
Maiquetía Venezuela, abril 2005
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