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2007/11/19

Soñando a Puerto Caripito


Un calendario cansado muestra su amarillenta ultima página. Diciembre. Viajando desde dos polos diferentes. Ella desde el sur, con una cruz al hombro. Yo del norte un equipaje repleto de ilusiones.
Hemos salidos desde temperaturas distintas para concluir en la magia del Caribe. Mi Caribe de verdes matizados de radiante sol y brisa húmeda, de pájaros, ruiseñores y papa-gallos multicolores. Caribe con festivales en las sonrisas de su gente.

Decía Neruda, "saliendo de la cintura cósmica del Sur" cruzando la majestuosidad de Los Andes benditos, de las frías aguas del Pacífico a las tibias y sosegadas playas del Atlántico.


El encuentro que esperó muchos años,concluía. Un abrazo intenso,un beso sin lágrimas. No existen, no hay, se acabaron, se han llorado tantas y todas.


Viajé del otro lado del Atlántico, mucho más allá del gran charco, desde el frío Mar Báltico. Se cumplía mi sueño, a medias. Solo estaban lo hijos, un inocente nieto, ella y yo. No había esposa ni nuera. Un padre, hoy abuelo una madre-abuela-bisabuela. Familia desintegrada que no existe lamento que no concluye. Lloro en silencio, mis manos tiemblan. En ese silencio, mis quejidos aturdidos me enseñan cuanto duele la distancia y cuanto más lejos quiero correr, huir, desaparecer, olvidar, recomenzar, despertar, vivir. Sentimientos encontrados, palabras mudas que asustan, en las miradas ausentes de las paredes carcomidas por el tiempo que ya no me pertenece, no es mio.

Un abrazo que casi no existe, un dolor que espera agonizante, porque no puede morir, no quiere, se niega, huye. La frialdad de los cuerpos me invitan a una reflexión profunda.

Pero no hay tiempo, ha llegado la noche y con ellas las plagas, pican hasta mis huesos cansados de cargar mi cuerpo. Es hora de descanso, más no puedo. Quiero regresar al frío y enterrar este dolor bajo las montañas de nieves que van acumulando las máquinas en las calles de Oslo, Helsinki o de Estocolmo.


Un viejo aparato de aire acondicionado, fabrica un ruido infernal, los petardos, los cohetes algo anuncian.
Navidad feliz , pregunto ?
No lo sé.
Es Navidad, terminará pronto ?

Tampoco lo sé, creo que aún faltan días o quizás años luces de segundos.


Mientras todos corren, ríen y saltan, el silencio se manifiesta en mí. Miro éste, mi alrededor y estoy solo y triste, miro cada una de las esquinas de esta casa de espíritus y los recuerdos vagos me atormentan.

De pronto un ring-ring. No es el teléfono. Es mi reloj con la hora de la otra patria. Culmina una noche de pesadillas.


Es navidad ? No. Aún faltan cinco días.
Mi madre junto a mí en un autobús que no avanza. Las lluvias del Caribe asustan.
Seguiremos viajando, pero ya no dormiré. Puerto Caripito, me espera y en él mis hijos y mi nieto...Pronto amanecerá... para intentar vivir.
Venezuela - Caripito Navidad 2005

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